lunes, 24 de marzo de 2008

cultura

multicultural

La educación Intercultural

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La educación intercultural es la educación centrada en la diferencia y pluralidad cultural más que una educación para los culturalmente diferentes (Jordán, 2001). La educación intercultural también se opone a la integración entendida como asimilación y, por supuesto, a la educación antirracista. Finalmente, la educación intercultural tampoco rehuye el análisis estructural de la sociedad, en sus aspectos económicos, políticos e ideológicos, poniendo de manifiesto que las diferencias culturales no pueden ser la coartada que justifique desigualdades o injusticias de cualquier índole.

Desde la perspectiva que aquí se ha adoptado, y considerando las múltiples y variadas “lecturas” que el término educación intercultural ha generado, quizás las más acertadas para nuestros propósitos puedan ser estas dos:

· “La educación intercultural tiene como objetivos proporcionar al alumnado las competencias sociales necesarias para sus relaciones con los demás, así como el enriquecimiento multicultural propiciado por intercambios en los que tiene oportunidades variadas de comunicación y cooperación, tan necesarias hoy en la convivencia diaria” (Morales, 2000, 9).

· “La educación intercultural pretende formar en todos los alumnos de todos los centros una competencia cultural madura; es decir, un bagaje de aptitudes y de actitudes que les capacite para funcionar adecuadamente en nuestra sociedad multicultural y multilingüe” (Jordán, 2001, 49).

Por tanto, en la opción que representa la educación intercultural existe una clara apuesta por ofrecer respuestas válidas y realistas a los retos que suscita la convivencia en nuestras sociedades multiculturales y multiétnicas, por dotar efectivamente a todas las personas de un estatuto de ciudadanos con igualdad de derechos, por hacer posible unas relaciones afectivas, cordiales y enriquecedoras para todos, por ser una contribución a la convivencia y a la paz (Zamagni, 2001; Jordán, Mínguez y Ortega, 2002). En esta perspectiva, habría que destacar que la educación intercultural encierra en sí misma todo un proyecto de transformación de la sociedad al poner en cuestión, sin que ello suponga caer en el relativismo, los principios y fundamentos de “nuestra cultura” para, en diálogo e interrelación con las “otras culturas”, ir reconfigurando y reconstruyendo una nueva realidad basada en principios aceptados por todos los ciudadanos, sujetos de derechos y deberes.